Melancolรญa


Hablar por ultima vez, el temor mรกs grande de la sociedad, no volver a sentir las caricias, los abrazos, no volver a escuchar a aquel que en algรบn momento fue el relator de las mejores historias, sentir un frio por todo el cuerpo, un frio que desconcierta los pensamientos, nos congela las ideas, no elegimos ser nosotros mismos, lo aprendemos de lo que vemos, elegimos lo que nos gusta para seguirlo, perdemos el control por pensar de mรกs, somos cautivos de nuestras propias ideas, de nuestra voluntad, de nuestro dominio, de los que nos rodea, de las historias que seleccionamos entre variedad de relatos, somos lo que elegimos desde el primer dรญa que conocemos lo ajeno, no somos conscientes de a lo que nos aferramos, ¿Quรฉ importancia tiene conocer el exterior?, terminamos daรฑados por aquello que queremos para "siempre", no somos nacimiento de quien nos ama, somos el amor de aquello que elegimos a diario, de aquello que nos brinda la mano desde la primera sonrisa, ese es el sentido de lo que elegimos, de la amistad, de la solidaridad, de la humildad, la fraternidad, somos comunicadores del exterior.

El aliento se pierde, nos fatigamos, nos aferramos a lo que no es eterno pues no sabemos la ultima vez que hablaremos, que pronunciaremos el ultimo chiste, la ultima anรฉcdota.
Lo eterno viene despuรฉs de aquello que de aquรญ nos aferramos, aprender a soltar, aprender a amar, aprender a apreciar, aprender a valorar, pues vivimos de aquello que elegimos y nos formamos de aquello que amamos.
Lo eterno y lo mejor viene despuรฉs de el desastre en el que vivimos.

Citando y concluyendo: La melancolรญa de los feos - Mario Mendoza

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